APUNTES SOBRE LA DEMOCRACIA Y EL DERECHO A ELEGIR / SER ELEGIDO
DEMOCRACIA
Por: Gregorio Lanza Meneses
EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO
Por: Jorge Luis Alurralde
EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO
Por: Igor Patzi Sanjines
DEMOCRACIA
Por: Gregorio Lanza Meneses
Democracia es todo lo que huele a libertad compartiendo el aire que respiran los demás según su ethos, su forma de vida y de cultura, pero también con el derecho a oponerse a la especie que quiere imponer su dominio a la fuerza sobre los demás.
EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO
Por: Jorge Luis Alurralde
Yo no sé ustedes, pero me pregunté ¿Cuál fue la última vez que me eligieron para algún cargo
de manera “democrática”? La respuesta tardó en aparecer, porque creo que nunca ejercí mi derecho político garantizado por la actual Constitución Política del Estado, planteado como el derecho a ser elegido, explicitado en el artículo 26 de nuestra carta magna.
Mientras que sí la parte más fácil de recordar es sin duda el derecho a elegir, que por lo menos lo ejercitamos en cada elección de autoridades, a saber Presidente, diputados, senadores, Gobernador, Alcalde, concejales, y de forma novedosa últimamente jueces y creo que esito sería. Y para añadir existen planteamientos punitivos que nos obligan a ejercer ese derecho, aunque parezca contradictorio es así. Estamos obligados a participar de las elecciones, porque de lo contrario o te ganas una multa o estás impedido de realizar transacciones bancarias, cuando menos.
Eso de elegir representantes entonces, resulta ser un ejercicio de nuestros derechos políticos, más para elegir que para ser elegidos, que favorece a unos pocos y que nos jactamos de llamar una y otra vez como ejercicio democrático y que sobre todo favorece a los no tan jóvenes. Hagamos cuentas, legalmente necesitamos cumplir un mínimo de 18 años para elegir representantes, pero al menos necesitas 30 para ser elegido como Presidente. Y la historia nos muestra que nunca nadie de esa edad pudo acceder a un cargo como representante elegido por la vía democrática, por lo menos para ese nivel de representación.
¿Sabes cuál fue el Presidente más joven de Bolivia?, pues Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez con casi 40 años (37 en los hechos). ¿Y la alcaldesa más joven en Bolivia?, pues fue Betty Zenteno Tito con casi 30 años (29 en los hechos). En el caso de diputados sobresale Yesenia Yarhui, diputada del Partido Demócrata Cristiano (PDC) por el departamento de Chuquisaca, con 22 años de edad; mientras que en senadores es Adriana Salvatierra, senadora del Movimiento al Socialismo (MAS) con 28 años la de menor edad en esa cámara legislativa. Pero son pues las excepciones.
Entonces, de acuerdo a esos datos si tu quisieras ser elegido o elegida como Presidente de Bolivia, estadísticamente deberías esperar casi 20 años (19 para ser exactos) y contar con una probabilidad de llegar a ese sitial de privilegio, siempre y cuando tengas la suerte de Quiroga. Pero eso sí, durante los mismos casi 20 años es casi seguro que deberás acudir a las urnas de forma obligada a ejercer tu voto. Es decir que pasarás casi el 25% de tu vida, de los 71 años de expectativa de vida en Bolivia y a partir de los 18, con tu potencial de ser elegido completamente relegado, por no decir ninguneado y solamente eligiendo representantes. Vale decir entonces, que antes que seas elegido estamos predestinados en la mayoría de los casos a elegir.
Y para que ese panorama cambie, no solo es necesario reformar o proponer nuevas normas, ampliar derechos o simplemente garantizar el ejercicio de los actuales; sino hay que cambiar nuestro chip generacional. Ir de la valoración de la experiencia y una edad “adecuada” para ser representante a una perspectiva más amplia que garantice de forma efectiva la participación de las generaciones más jóvenes en roles de liderazgo en nuestra sociedad. Solo así seremos capaces de promover, con una verdadera acepción democrática amplia, la inclusión de nuevos enfoques capaces de transformar la gestión pública. Creíamos que la izquierda garantizaba cambios, que liderazgos sin preparación merecían oportunidad; pero olvidamos que la única esperanza de verdaderas transformaciones sustantivas en el manejo de la cosa pública se halla en las generaciones mas jóvenes. No tenemos en quienes más creer.
Intentamos creer en honrados liderazgos poco ortodoxos; pero aún no hemos modificado nuestros
serios problemas de discriminación hacia la juventud, a la que implícitamente le agregamos atributos relacionados con falta de experiencia y capacidad y le negamos de forma continua y sostenida la posibilidad de cambiar efectivamente nuestra sociedad. ¿Votarías tú por un candidato a la Presidencia de Bolivia con menos de 37 años de edad, que logre superar el récord del Presidente Quiroga?, ¿Te animas a dar algunos nombres?
EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO
Por: Igor Patzi Sanjines
Uno de los
principios que sustentan la democracia, es el derecho de elegir y ser
elegidos. Tal derecho se extiende al conjunto de ciudadanos por
igual, conforme a los mecanismos constitucionales definidos para el
efecto, definidos explícitamente en el Artículo 26 de la nueva CPE.
Ese marco general no necesariamente compagina, ni es necesariamente
compatible con el concepto de democracia desde la perspectiva
indígena y originaria, pese a que la nueva Constitución estipula,
en su Artículo 11, como una de las formas de ejercicio democrático
la comunitaria, por medio de la elección, designación o
nominación de autoridades y representantes por normas y
procedimientos propios de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos, entre otros, conforme a Ley. En la práctica,
esta concesión hecha por el Estado unitario solo es
discursiva. Esta es la conclusión a la que arribé como resultado de
una investigación sobre los 11 procesos autonómicos indígenas el
año 20121.
Solo como ejemplo, apelo a dos casos que también investigué personalmente sobre la democracia comunitaria2.
Para los pueblos andinos, el ser elegido no solo es un derecho, sino
también una obligación, para asumir cargos rotativos en su
organización comunitaria por el lapso de un año calendario. Para
otros pueblos, como el Guaraní, la elección de representantes sigue
una lógica meritocrática sin plazo definido. En el contexto
amazónico, el pueblo Tsimane’ se vio forzado a adoptar un sistema de organización
social, de corte sindical, impuesto por los misioneros religiosos de Nuevas Tribus a
mediados de la década de 1970, para protegerlo de la incursión de
otros actores sociales, casi repitiendo lo que las misiones
franciscanas y jesuíticas hicieron hace más de cuatro siglos atrás.
Elegir o ser elegido para asumir cargos no es parte de su legado cultural.
Con estos pocos
antecedentes de referencia, desde el momento en que
Bolivia se constituye en Estado Plurinacional, las diferentes
concepciones de organización social y política deben -al menos en
teoría- ser respetadas, por lo menosen principio a nivel local, pero
resulta que desde el mismo gobierno se fracturan las organizaciones
indígenas para adaptarlas al modelo corporativo de los sindicatos
agrarios. Otro problema es la capacidad instrumental de los agentes
que deben posibilitar el acceso de todo ciudadano a su derecho de
elegir y ser elegido. En algunos lugares se impone la votación por
consenso, en otros existe desconocimiento de las propuestas de los
candidatos. Y finalmente, en las áreas urbanas suele darse
ausentismo y desdén a los procesos eleccionarios. En suma, es
necesario revisar el concepto de democracia, sus formas de ejercicio
ciudadano y sobre todo, el rango de la representatividad y legitimidad de los
candidatos.
Más allá de los
ejemplos que ilustran la diversidad de conceptos sobre la democracia
en Bolivia, entendida en su acepción original griega como gobierno
del pueblo, me interesa puntualizar en una cosa: nuestro sistema
de democracia representativa adolece de muchos problemas y no
responde a las expectativas puestas en la misma. No todos los
ciudadanos se sienten representados, los candidatos defraudan
incumpliendo promesas, y el derecho a elegir se convierte en
obligación a elegir. En cuanto al derecho a ser elegido, éste se
restringe a ámbitos muy locales (comunidades o distritos
municipales), asumiendo de manera optimista que los ciudadanos
quieren ser legidos, obedeciendo generalmente motivaciones
utilitarias. Resumiendo, me
considero escéptico -por decirlo con la mayor sutileza posible-
sobre el modo cómo se ejerce la democracia en nuestro país.
1
Patzi Sanjines Igor; Proceso autonómico indígena originario y
campesino de los 11 municipios en conversión-
Tercer
Producto de Consultoría. Ministerio de Autonomías, La Paz,
2012
2
Patzi Sanjines Igor; Estudio de Cinco Casos de Democracia
Comunitaria. Organo del Estado Plurinacional, 2017
EL DERECHO A ELEGIR Y SER ELEGIDO
Por: Rosa Elena Vargas Costas
En la Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia consagra en sus Arts. 26 al 28 los Derechos Políticos, señalando que todas las ciudadanas y ciudadanos tiene derecho a participar libremente en la formación , ejercicio y control del poder político, directamente o por medio de sus representantes. El derecho a participación comprende: La organización con fines de participación política, y el sufragio mediante voto igual, universal, directo, individual, secreto, libre y obligatorio, ejerciendo el mismo a partir de los 18 años; los bolivianos residentes en el exterior tiene derecho a participar en las elecciones a la Presidencia y Vicepresidencia, el derecho se ejerce a partir del registro y empadronamiento realizado por el Órgano Electoral, los extranjeros residentes en Bolivia tienen derecho a sufragar en las elecciones Municipales aplicando los principios de reciprocidad internacional.
El ejercicio de los derechos políticos se suspende, en caso de tomar armas a favor de fuerzas enemigas en caso de guerra, defraudación de recursos públicos y traición a la patria. Con la finalidad de ejercer este derecho constitucional es necesario contar con los instrumentos facticos que permitan dar cumplimiento efectivo de los mismo, en el caso del voto directo, será contar con un empadronamiento eficiente en el sentido de eliminar de las listas a las personas fallecidas datos que es fácilmente corroborable con el SERECI, así como fiscalizar la clonación de Cedulas de Identidad cruzando nuevamente información con el SEGIP; en cuanto al ejercicio del derecho a ser elegido, se contaba con un fondo destinado a financiar a los partidos políticos para que realicen actos destinados a publicidad con la finalidad de que ejerzan su derecho aún si carecían de recursos económicos propios, aspecto que actualmente fue suprimido.
Actualmente la posibilidad de que las organizaciones políticas puedan ser financiadas por el Estado fue descartada, ahora se manejara un sistema mixto, es decir todas las organizaciones se financiaran con recursos privados e sus militantes, en cuanto al aspecto publico este a quedado reducido a capacitaciones y formación en años no electorales. Estos aspectos generan una discordancia entre lo establecido por la norma Constitucional, y el ejercicio factico de ser elegido, toda vez que el aspecto económico es definitivamente un limitante que no permite una equidad, a tiempo de realizar las campañas electorales y publicidad, frente a un partido que muchas veces que ocupo o está ocupando el Órgano Ejecutivo y que cuenta con los recursos suficientes para realizar una campaña electoral,
frente a nuevas propuestas ciudadanas o colectivos sociales que no cuentan con recursos para realizar campañas que difundan sus proyectos o planes de gobierno, generando ello una falta de equidad en cuanto al derecho a ser elegido.




No hay comentarios.:
Publicar un comentario